Por fin empezamos, con muchas novedades. Además de niñas nuevas, que nos encanta, también estamos en un local nuevo.
Para coger fuerzas una merienda. Las niñas ayudaron a poner un mantel, repartieron las galletas y los cruasanes, pusimos nombre a los vasos de agua y luego, antes de empezar, bendijeron la mesa.
Cuando todas habían terminado, retiraron el mantel, se lavaron las manos y empezamos la primera actividad.
Para empezar el curso, nada mejor que una normas decididas por las protagonistas de Tonairín. Entre todas decidieron qué se podía hacer y qué estaba prohibido. Y para decorarlo hicieron un montón de dibujos, los pintaron, recortaron y los pegaron donde mejor les pareció.
El resultado fue precioso:
Y después lo más esperado, el cuento. Tenemos la suerte de contar con una gran contadora de cuentos, MªCarmen. Consigue atrapar la atención de todos los que la rodean y no pestañear hasta el final.
Casi sin darnos cuenta, había pasado la tarde. Y después de dejarlo todo bien recogidito, nos fuimos ordenadamente hasta Tonaira.
Hasta la próxima semana.